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País sano

MADRES DE LA CANDELARIA, 15 AÑOS  DE RESISTENCIA Y BÚSQUEDA DE LOS DESAPARECIDOS

Teresita Gaviria y otras integrantes de la organización.
Por: Rubén Darío Pardo Santamaría
El 19 de marzo de 1999, un puñado de valientes  mujeres decide crear en Medellín la Asociación Madres de La Candelaria, inspiradas en las Madres de Plaza de Mayo de Argentina, país que durante la dictadura militar de los años 60 y 70, padeció la desaparición forzada de 30.000 personas. No obstante  las organizaciones de derechos humanos plantean que el número de desaparecidos en Colombia superó con creces la suma de los desaparecidos en los países del cono sur, el fenómeno de la desaparición forzada en el país sigue siendo abordado de manera tangencial por parte de la institucionalidad y también de la sociedad civil. 
La desaparición forzada es sin duda uno de los crímenes más crueles que puedan existir dado que no sólo implica, en la inmensa mayoría de los casos, la muerte de la víctima directa, sino también la imposibilidad de elaboración del duelo por parte de sus seres queridos. Así, los familiares de una persona objeto de desaparición forzada viven con la incertidumbre de no saber si esta vive o no, si tiene hambre, si la están torturando, si tiene frio, si está enferma, en fin, aparte del asesinato, se secuestra también la tranquilidad de enteras familias y comunidades.   “Hay diferencia entre tener el hijo muerto y desaparecido, pues si está muerto uno lo puede enterrar y sabe dónde está, en cambio si está desaparecido uno sigue con la zozobra que no sabe dónde está, es un dolor que no tiene cura”, asevera una de las integrantes de esta organización antioqueña.
Cansadas de sus infructuosas búsquedas solitarias, deciden unir fuerzas y dolores, aumentar su capacidad de presión sobre las autoridades y visibilizar la tragedia nacional de la desaparición y el secuestro. “Todas las que nos encontramos aquí traemos nuestro propio dolor, unas con hijos secuestrados, que a la otra se lo mataron, que los otros son desaparecidos, todas nos encontramos en el dolor y todas mismas nos damos el apoyo, nos damos consuelo. Para mí ha sido motivo de paz, refugio y fortaleza llegar a hacer parte de las Madres de la Candelaria” afirma otra de sus asociadas. Actualmente la asociación acoge en su seno a madres, hermanas, padres, hermanos, hijos e hijas de personas secuestradas y desaparecidas.
Plantón en Iglesia de La Candelaria. Foto, archivo Madres de La Candelaria.

Las Madres de La Candelaria son un ejemplo admirable de solidaridad, coraje, paciencia y resistencia.  El recorrido no ha sido fácil, la indiferencia social y las acciones hostiles de algunos sectores, las han hecho objeto de invisibilización, burlas, amenazas y agresiones físicas. A pesar de ello, han realizado acciones intrépidas como la exhumación de cuerpos (en algunas ocasiones sin el  acompañamiento de las autoridades correspondientes) y la búsqueda de los desaparecidos en territorios hostiles.
Después de ser desplazadas de algunos sitios de Medellín donde pretendieron inicialmente realizar sus plantones, el párroco de la Iglesia de La Candelaria las acogió para adelantar en el atrio las demostraciones públicas que cumplidamente cada semana adelantan para recordar a esta sociedad indolente que el fenómeno del secuestro y la desaparición forzada es problema de todos. La exhibición de fotografías de las víctimas, carteles y el grito incansable de las consignas que reclaman el regreso de sus amigos y familiares, hacen parte de la rutina por la vida que caracteriza la cita semanal.
Una de las actividades más importantes de esta organización es la atención psicosocial que ofrecen a sus propios integrantes. “Gracias a la atención psicosocial que brinda la asociación hemos tenido muchos adelantos, por ejemplo cuando desaparecieron a mi esposo yo no sabía qué hacer, me la pasaba en casa llorando, encerrada, perdí el interés por todo. Un día una cuñada me trajo a la organización y empecé terapias con la psicóloga, me enseñó autoestima, que de las cenizas puede haber vida, y gracias a la asociación yo hoy me siento capaz de hablar, de ir a determinado sitio…es importante la atención psicosocial que acá se presta porque uno de la nada vuelve a surgir, lo sacan del mundo de tinieblas en el que uno se hunde”, afirma una de las madres. Sobre el mismo tema, otra integrante de la asociación nos comparte su reflexión: “Mi hijo a raíz de la desaparición de su papá intentó quitarse la vida tres veces. La niña que quedó de cinco añitos no hablaba, la profesora tenía que sacarla del rincón, gracias a la atención psicosocial, ellos se han recuperado, la niña hoy día es líder, lleva 4 años de seguido ocupando el primer lugar en el colegio… a mí me cambió la vida demasiado haber llegado a esta asociación.” 

Plantón en Iglesia de La Candelaria. Foto, archivo Madres de La Candelaria.
Para conocer más sobre esta experiencia ejemplar, hemos formulado las siguientes preguntas a Teresita Gaviria, actual coordinadora de la Asociación Caminos de Esperanza Madres de La Candelaria:

¿Cuando y porqué surgen las Madres de La Candelaria?

La Asociación Caminos De Esperanza Madres de La Candelaria es una organización sin ánimo de lucro, fue fundada en el año 1999 y fue creada en respuesta a las reiteradas violaciones a los derechos humanos, desapariciones forzadas, secuestros y homicidios, en el marco del conflicto armado interno colombiano.

¿Qué hacen, cómo funcionan las Madres de La Candelaria?
Se les brinda asesoría a las víctimas para que ellas reclamen sus derechos; se les brinda acompañamiento psicosocial; se realizan talleres sobre la elaboración del duelo con las víctimas para que aprendan a llevar su dolor; se les brinda educación a las víctimas, ya que son muchas las personas que son iletradas, ya sea a causa del desplazamiento que debieron interrumpir sus estudios o personas que como han vivido en el campo no contaban con acceso a la educación; se acompaña a las víctimas en el proceso de búsqueda de sus familiares desaparecidos en cualquier lugar territorio nacional.

¿Cuáles son las principales dificultades que han afrontado en estos 15 años?
Primero que todo las condiciones de seguridad para la labor que ejercemos, nos ha causado muchas dificultades, debido a las constantes amenazas por parte de grupos armados y la materialización de algunas de estas.
La falta de una sede digna, para que las víctimas puedan realizar sus actividades como son las manualidades y planear para poder desarrollar sus proyectos productivos, entre otras actividades están las danzas al dolor y la obra de teatro “Búsqueda incansable de los desaparecidos.

¿Cuáles son los principales logros?
El reconocimiento nacional e internacional, donde hemos podido demostrar que para continuar esta labor, las victimas debemos permanecer unidas, además fuimos acreedoras al Premio Nacional de Paz 2006.
Reconocimiento por parte del Concejo de Medellín, al premio gran defensor de derechos humanos JESÚS MARÍA VALLE JARAMILLO.
Haber sido la representante legal acreedora al premio Ciudadana Ejemplar otorgado por el entonces alcalde de Medellín Sergio Fajardo Valderrama, entre otros, logrando visibilizar a las víctimas del conflicto ante la sociedad.
Lograr ayudar a nuestras victimas a que superen ese dolor y que sus derechos como tal, les sean reconocidos por parte de las diferentes entidades del Estado.
Venimos trabajando la reconciliación entre víctimas y victimarios como eje para construir paz en nuestro país.
El premio ALFONSO LOPEZ MICHELSEN 2014, por contribuir excepcionalmente al logro de la paz en Colombia, otorgado por la Fundación Vivamos Humanos, presidida por el ex presidente Ernesto Samper”

¿Podría darnos ejemplos de algunas acciones concretas realizadas por las Madres de La Candelaria.

El caso de la señora Lucila García, quien hace parte de nuestra asociación, el hijo de ella era el sacerdote Cesar Darío peña García, quien fue desaparecido 8 años atrás, pero atraves de labores realizadas por la asociación y acercamiento con los victimarios estos nos dieron la ubicación del cadáver del sacerdote, con  compañía de  la Fiscalía de Justicia y Paz, se logra recuperar el cadáver y darle cristiana sepultura.
Otra acción es el evento denominado EL PLANTÓN, que se realiza todos los viernes a las 2:00 pm, sin falta, en el atrio de la iglesia La Candelaria en el parque Berrio en el centro de la ciudad de Medellín, donde un grupo muy numeroso de madres se agrupa , exhibiendo pancartas con las fotos de nuestros familiares desaparecidos y gritando consignas  alusivas, tales como “LOS QUEREMOS VIVOS LIBRES Y EN PAZ”, -----”LAS MADRES DE LA CANDELARIA NO SOMOS NI SEREMOS PARTE DE LA GUERRA, NOSOTRAS SOMOS PARTE DE LA PAZ”.

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